¿Un secreto a gritos?

Antes de la última exhalada tu alma empezará a abandonar el cuerpo –dicen que efectivamente y misteriosamente pierdes 21 gramos, idea fuerza tomada por la película-, empezando lentamente a subir o quizás a dar vueltas en círculo hasta avizorar a lo lejos un iluminado y magnético portal –las almas que no lo encuentran siguen deambulando cerca de esta dimensión-, así avanzará etéreamente hasta el punto de “luz”, le llamará la atención la carencia de todos sus sentidos exceptuando la vista, en oposición la paz que la inunda será un gran motivador a seguir avanzando hacia la “luz”, de pronto, un túnel, al fondo trazos de sombras la invitan a seguir, imposible resistirse como para intentar volver, esos bosquejos son muy similares a aquellos seres que en vida la amaron y compartieron...

No se sabe a que hay en el trayecto del túnel, ni tampoco importa mucho, pero al salir la esperará el ser que en vida mas la amó, le dará la bienvenida e inmediatamente le saludan afectuosamente sus amigos y familiares. Terminado el rito de bienvenida, el primer espíritu que la recibió la llevará donde “El Padre” –a quien no le gusta que le llamen Dios”-, en el camino verá una gran ciudad, donde otros hacen tareas y dividen roles, en esa extensa y única “ciudad de almas” todos viven en paz y alegría, ejecutando sus labores y esperando que sean enviados a realizar alguna misión o volver a nacer. Se encontrará con una muy alta y grandiosa puerta, se abrirá, entrará sola y tras esta se cerrarán las puertas. Llamará poderosamente la atención el hermoso y grandioso cortinaje que cubre toda la habitación, de gran altura y simple belleza –desconozco de que color ni que otros accesorios hay en ella-, al frente “El Padre que te invita a sentarte frente a él.

Lo demás será rendir cuentas y determinar tu futuro, la estadía en esa “ciudad de almas” o la vuelta inmediata a el mundo que conocemos. Pero también, ninguna de esas dos opciones.

La tercera opción...saquen sus propias conclusiones.