jueves, marzo 15, 2007

Los caminos del Señor

¿Se acuerdan del escenario que se usó cuando Juan Pabló II estuvo en Chile y se reunió con el mundo poblacional?. Allí donde quedó la batahola entre pacos y protestantes, espectáculo que su Santidad miraba con compasión y seriedad, y que todos vimos por TV como iban bombas lagrimójenas para un lado –zorrillo incluido- y devolvían palos y piedras para otro.

Mucho antes de eso, se encontraban en una junta vecinal cercana al lugar un comité de arquitectos, publicistas y conspicuos hombres de Iglesia discutiendo y tratando por mas de tres horas que escenario construirían, el intento no era menor, había que hacer algo representativo y cercano al espíritu del encuentro. Chile era un País que sufría, por lo que cada paso que se daba debía darse con sumo cuidado para lograr unir, acercar y hacer sentir a la gente que había esperanza, además de enviar claros mensajes al Gobierno que la Iglesia estaba con los que sufrían por pobreza y/u opresión de la bota militar. Los escenarios debían convocar a los peregrinos. Los códigos eran importantes.

El protagonista me confesó que en aquel momento hacía poco había estado con líos legales, lo habían echado de la pega y no lo dejaban ver a sus hijos. Él entró en la habitación, necesitaba sacar unas herramientas para hacer unas reparaciones eléctricas que le ayudarían a obtener el primer dinero desde hacía mucho tiempo –tampoco era mucho-. A lo lejos y mientras escarbaba una caja escuchó que alguien del grupo –hoy la llamaríamos productores- decía: ¡¡ya poh!!, que escenario vamos a hacer.

-Automáticamente y con muy baja voz el recién entrado murmuró a lo lejos en el otro extremo de la gran habitación- ¡¡una mediagua poh hueón!!.

¿Qué dijiste? –cómo si las aguas fuera a separar, airadamente alguien le respondió-

Disculpe señor –respondió él-

¿Qué fue lo que dijiste?. ¡Repítelo¡ –con mas tranquilidad pero con sequedad alguien nuevamente le volvió a preguntar-.

Una mediagua señor –tímidamente replicó-

Y una mediagua fue.
Misteriosos son los caminos del señor.